Lo que el micrófono esconde

Hablar de Santiago Segurola (Baracaldo, 1957) es hacerlo del gran gurú del periodismo deportivo español. Sinónimo de calidad, este periodista vasco es un auténtico todoterreno en la profesión. Sus intereses personales y profesionales no giran únicamente en torno a un balón. Devoto del deporte en todas sus dimensiones, es un gran amante de la cultura en general y de la música en particular. Así lo demuestra su afición a ejercer de disc jockey en algunas salas de la capital de España.

Es una de las firmas que más prestigio ha aportado a un género denostado y calificado como ligero y superficial como es el periodismo deportivo. Sus crónicas son una auténtica delicia para el paladar: Más cercanas a la literatura que al periodismo corriente.
Segurola, o el arte de hacer una crónica

Comenzó su trayectoria en el diario Deia, pero muy pronto su prestigio fue notable y dio el salto a la delegación de El País en Madrid en 1989. Consolidado como la firma estrella de deportes, aún se recuerda su excepcional trabajo en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Redactor jefe de la sección, tras el Mundial de Fútbol de Alemania en el año 2006, y por petición propia, pasa a hacerse cargo de la Sección de Cultura. Pero, el auténtico revolcón mediático vendrá un año mas tarde, en 2007, cuando se anuncia su incorporación como nuevo adjunto al director del diario Marca. Se baja del barco de Prisa para ascender casi hasta la cima de Unidad Editorial. Fichado a golpe de talonario, se convierte en el eslabón que le faltaba al diario Marca para volver al primer escalón del panorama nacional. Definido por su compañero José Míguelez como el “Maradona de la prensa deportiva”, Segurola aumenta su reputación con colaboraciones con medios tan célebres como The New York Times.
León por naturaleza

Hincha confeso del Athletic de Bilbao, admite que el momento más vibrante fue su primer recuerdo de San Mamés. Unos cuartos de final de la Copa del Rey que enfrentaba a los “leones” frente a Las Palmas. El Athletic, equipo copero por excelencia, se alzó con la victoria con un contundente 6-0 y el pequeño Santi comenzó a saber qué significaba ese deporte llamado fútbol. La Catedral le marcará para siempre en su gusto futbolístico. A pesar de no poder escribir regularmente sobre su escuadra favorita, su exigencia con el club siempre es máxima, debido a la peculiar filosofía por la que se rige.

Maradona y el gol a Inglaterra

En conexión con su gran estilo, su mejor recuerdo de un Mundial fue el gol de Maradona a Inglaterra. Los rivales caían como bolos y Diego llegó hasta la porteria rival tras regatear al meta inglés. Como contrapunto, el Mundial de Italia 90. Segurola lo calificó como decepcionante y aburrido. La potente Alemania, que contaba con nombres como Illgner, Brehme, Matthaüs o Klinsmann, se alzó con el triunfo, pero en líneas generales fue un mundial con poco fútbol.

Aunque en los últimos días se ha rumoreado su salida de Unidad Editorial, los amantes del deporte podremos seguir vibrando con sus crónicas durante mucho tiempo.