Los medios de comunicación de carácter deportivo llevan un cierto tiempo
enfrascados en una competición por ver quién suelta la barbaridad más gorda. Deben de pensarse que los espectadores, lectores y oyentes andan tan escasos de intelecto, o tan cegados de fanatismo por sus colores (que para el caso es lo mismo), que se tragan cualquier sinsentido que les quieran contar.
Y lo malo es que si nos fiamos de los datos de tiradas, estudios de medios y demás instrumentos de medida de ventas y audiencias, parecen tener razón...
En todo caso, una de las últimas que se les ha ocurrido, y que lleva un par de semanas revoloteando por micrófonos y plumas varias, casi supera todo lo visto hasta ahora. Resulta que hay un chico en el Barça que responde al nombre de
Lionel Messi, que juega bastante bien, que lleva el número 10 y que además es argentino. Coincidencias suficientes para compararle con
Maradona y, pásmense, para atreverse a plantear que
el nuevo chico maravilla podría ser el mejor jugador de toda la historia, ni más ni menos.