Una vez más, la fama al servicio de la sociedad con un fin humanitario. Nombrada mejor jugadora del mundo en 2001 y 2002, éste sin duda es su mejor triunfo. Gran parte de su tiempo libre lo dedica a su institución, además de participar en numerosas causas benéficas o a promover los valores del deporte y relatar a los jóvenes sus experiencias vividas. Pionera en su deporte y todo un ejemplo para los demás, esta ex jugadora estadounidense ha demostrado que no sólo de logros deportivos se consigue ser recordada.
En el plano futbolístico, Mia fue toda una superestrella. En sus comienzos en la Universidad, ya era conocida como “Jordan”. A los 15 años, se convertía en la futbolista más joven en disputar un partido con la Selección Nacional de Estados Unidos. Y con 19 años recién cumplidos, se convirtió en la Campeona del Mundo más joven de la historia. Fue nombrada como uno de los 125 mejores jugadores vivos de la historia en una lista creada por el mejor jugador de todos los tiempos, el brasileño Pelé. Se ganó el respeto de los expertos en fútbol y de millones de fans al defender durante nada menos que 17 años los colores estadounidenses. Cuenta con un palmarés envidiable: 2 medallas de Oro en los Juegos Olímpicos de Atenas y Atlanta, además de los Campeonatos del Mundo de 1991 y 1999. Todo esto le sirvió para que, gracias al apoyo de la marca que le patrocinaba, fuera todo un icono de un deporte minoritario en Estados Unidos. Incluso, uno de los edificios principales de Nike fue bautizado con su nombre. Después de lograr el Oro en Atenas, Mia decidió retirarse del fútbol profesional en la que dio punto y final a una carrera de casi veinte años. Pero, por suerte para los ciudadanos, su carrera benéfica no ha hecho más que empezar

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