Tote tenía razón

La victoria del Mallorca en la noche de ayer lunes, último partido de la jornada número 33 de la Liga española de primera división, significa dos cosas. Por un lado, que los baleares en casa están casi imparables y cada vez hacen más méritos para ganarse una plaza en competición europea la próxima temporada. Por otro, que Jorge López Marco tenía toda la razón del mundo en sus declaraciones de hace un par de semanas.

¿Y qué es lo que dijo Tote, ese mítico delantero que últimamente golea en las filas del Hércules de Alicante, que se ha revelado tan cierto? Agárrense que vienen curvas: literalmente, que a los futbolistas les faltaban huevos para ir a la huelga. Tal cual. La huelga en cuestión se había convocado para este pasado fin de semana porque, según el sindicato de futbolistas, hay muchos jugadores que sufren de impagos por parte de sus clubes. Sobre todo en categorías inferiores, en esa 2ª B y esa 3ª donde no es raro encontrar mileuristas a quienes un mes sin cobrar, y no digamos cuatro o cinco, destroza el presupuesto familiar.

El paro se desconvocó porque, al parecer, la AFE, la Federación, la Liga de Fútbol Profesional y el Consejo Superior de Deportes han llegado a un acuerdo por el que se garantiza el pago de los cuatro millones de euros que deben los equipos de Segunda B. ¿Nos ponemos demagógicos y decimos que buena parte de los problemas del fútbol español se solucionan con más o menos la mitad de lo que cobra al año Cristiano Ronaldo, o mejor nos lo ahorramos para que no se nos eche encima su club de fans quinceañeras? Que por cierto, sobra con los dedos de un pie para contar las muestras de solidaridad que hayan podido dar los multimillonarios participantes en la ¿mal llamada? Liga de las Estrellas. Menos mal que, como de costumbre, el señor Guardiola es la loable excepción...

En todo caso, los propios jugadores podrán ser más o menos solidarios, pero no culpables del problema, porque ellos no incumplen su parte del contrato. Los responsables son los directivos chanchulleros que les prometen sueldos desorbitados, se llevan la correspondiente comisión y luego si te he visto no me acuerdo. Y sobre todo, más responsables aún son los políticos que han creado el marco legal que permite estas situaciones y que a día de hoy, casi 20 años después de que se estableciera el modelo de sociedades anónimas deportivas que ha demostrado ser un fracaso, no hacen nada por cambiarla. El buen hombre de impronunciable apellido polaco que rige ahora los destinos del deporte patrio está demasiado ocupado saliendo en la foto cuando un compatriota tiene éxito en alguna competición...