Vidas tras el silbato: Enrique Mejuto González

"¿Es que la Guardia Civil te pone multas sonriendo? “
Así responde Mejuto a los que le dicen “Oye, vaya cara que pones a veces cuando pitas”. Desde muy pequeño tuvo que aprender a sacarse las castañas del fuego, porque su padre murió cuando sólo tenía cinco meses. Quizá eso explique su semblante serio e imponente, pero también su saber estar y su actitud en un terreno de juego. Nació en Langreo, en el corazón de la cuenca minera asturiana. Considerado como uno de los mejores árbitros que ha dado nuestro futbol , dirige partidos en Primera División desde 1995 y es árbitro FIFA desde 1999 . Esta temporada 2009-2010 es para él la del adiós, ya que está a punto de cumplir los 45 años, edad límite marcada por la UEFA y la FIFA para la retirada de los colegiados.



Canción dedicada por el Cuarteto Torner

“ERA MÁS DIFÍCIL ARBITRAR A LOS COMPAÑEROS QUE UN MADRID-BARÇA”
Como todos los niños de su edad, quería jugar al fútbol, pero su profesor de gimnasia en el colegio Gervasio Ramos , estaba empeñado en que tenía que ser árbitro. “ Que no, que yo también quiero jugar como los demás”, protestaba “Quiquín”. No no, tu vas a hacer el curso de arbitro”, replicaba el profesor. Tanto insistió que el chaval pitó su primer partido con apenas 13 años . “Era más difícil arbitrar a los compañeros del colegio que un Madrid-Barça”, recuerda Mejuto. Con 14 años, arbitrando en Segunda Regional un espectador que no estaba de acuerdo con una de sus decisiones, le dio una bofetada. Hoy recuerda este episodio como una mera anécdota dentro de una carrera en la que dice “han sido más los momentos buenos que los malos”.

“ Yo siempre digo que el arbitraje es una escuela de vida. A mi me forjó. Mientras otros chavales de mi edad iban de juerga, yo no podía, porque al día siguiente tenía que pitar. Con aquellos años, quizá tenía un sentido de la responsabilidad por encima de mi edad. Pitaba partidos de Segunda Regional con jugadores mayores que yo, y había que poner un orden”. .

“A PESAR DE SER ÁRBITRO TIENES
EL CARIÑO DE LA GENTE”
Tras su aspecto de aparente severidad se esconde un amante del deporte, un tipo comprometido, bromista y solidario, y lo que quizás no muchos saben, un funcionario de Correos. En sus primeros años fue cartero , y en la actualidad desarrolla su labor en la Oficina Central de Oviedo, aunque varios días a la semana, su silla está vacía. Hace años que no tiene vacaciones porque todos sus días libres, moscosos o permisos los dedica a su auténtica pasión: el arbitraje.
La imagen dura que de él reflejan los medios de comunicación poco se corresponde con la que conocen los más cercanos a él, sus amigos de toda la vida, e incluso los jugadores que comparten con él el terreno de juego. Basta con escuchar a Vicente, el que fuera durante años su compañero en campeonatos de Tute : “ A mí armome muches…”


Escucha a Vicente, su compañero de tute

“ NOSOTROS SIEMPRE SEREMOS LOS VILLANOS Y NO LOS HÉROES”
“Arbitro, inútil, ¿Estás ciego? “Ha sido bochornoso, nos ha quitado dos penaltis...”
Son sólo dos de las perlas que a lo largo de su carrera le han dedicado entrenadores, jugadores o presidentes . Se hizo popular por lo del “Rafa no me jodas”, o más recientemente por la polémica expulsión de los dos entrenadores en uno de los partidos que arbitró en la Eurocopa de Alemania y en la que algunos medios le acusaron de ser “arbitro actor”. Estos calificativos son habituales cuando cualquier lunes abrimos las páginas de la prensa deportiva . Hay un lugar en España donde las críticas a su actuación arbitral no cambian la imagen de tipo afable que de él se tiene. En Langreo, “Quiquín” es querido y apreciado , hasta el punto de haber sido nombrado hijo predilecto hace 2 años. Para tratar de devolver a su localidad natal algo de “lo mucho que me ha dado”, cada víspera de Nochebuena organiza desde 2008 un partido solidario junto otro amigo y vecino: David Villa, que sólo tiene para él palabras de elogio, en lo personal y en lo profesional.


David Villa en RPA "Noche tras noche"

Los elogios dentro y fuera del campo se materializan en anécdotas que pocas veces un árbitro tiene la valentía de reconocer. En una ocasión, un jugador del Almería le recriminó en el campo un penalti que consideraba había pitado injustamente. Mejuto lo tenía claro, tanto que le replicó ”Como haya sido penalti me pagas una cena”, a lo que el jugador aceptó. Hace sólo unos días, el arbitro asturiano cenaba con el ex portero del Real Oviedo Esteban en la ciudad andaluza cuando una cara conocida se le acercó y le dijo :” Soy el jugador del Almería que te apostó una cena, que sepas que ya la tienes pagada….”
A falta de sólo unos meses para que le llegue la “jubilación”, este y otros momentos son los que Mejuto se lleva en su mochila, la que en breve volverá a llenar de cartas, las que pasarán por sus manos cuando vuelva a ocupar su silla en la oficina de correos de Oviedo vacía durante tantos días…
En su pensamiento, una espinita clavada, una vez más, el Mundial tendrá que conformarse con verlo por la tele…